Yo, que sigo con mi síndrome de Diógenes, encontré esta caja de botellas tirada en la calle… Y claro, me la llevé.
Una vez en casa vi que podría ser estupenda para hacer un organizador de cajón (ya sé que en Ikea venden montones de estas cosas muy baratas, pero bueno, el caso es reciclar :)…)
Lo hice así:
- Aproveché las dos tablillas de separación que ya traía la caja, e hice unas nuevas de cartón para que quedasen 9 huecos.
- Fijé con tiras de papel encoladas todas las paredes de los huecos, tanto las de cartón como las de madera.
- Apliqué una capa de gesso.
- Pinté con acrílico dándole un efecto metálico.
El papel maché sirve para todo, a veces es una manera estupenda de pegar casi cualquier cosa.